Una persona que sufre el síndrome del trabajador quemado se siente, en parte, desvinculado de la parte emocional y creativa de su propio trabajo. Siente que lo único que importa es la presión por el resultado y dicha presión, ante la falta de motivación externa, se ha convertido en una losa que finalmente ha matado el entusiasmo inicial. Prevenir el síndrome del trabajador quemado en la sociedad actual es todavía más complejo puesto que los empleados afrontan condiciones laborales de precariedad en muchos casos. Es decir, a un sueldo económico bajo también, se suma un sueldo emocional negativo en algunos casos. ¿Qué hacer frente al síndrome del trabajador quemado?
Podría haber una opción peor
Con frecuencia, cuando las personas analizan su situación porque han quedado encerradas en el círculo de la negatividad de sus propios pensamientos, olvidan que también existen situaciones peores. Es decir, es más duro no tener un trabajo que tener un empleo que no te motiva completamente. Ampliar el foco de atención es un paso importante para valorar lo que uno tiene.
Se trata de una situación temporal
Las personas que viven una situación de desmotivación sufren más todavía porque analizan esa situación desde la perspectiva de lo atemporal. Sin embargo, se trata de un periodo que tiene principio y final. Para superar la frustración, trata de combatir la insatisfacción con la ilusión que produce tener un plan de acción que te ayude a lograr un empleo acorde a tu vocación. Cuando luchas por mejorar tu situación, tu nivel de bienestar también mejora de una forma considerable.
Son personas que sufren porque se sienten un simple número en la empresa. Una técnica emocional para protegerte de ese desencanto es tener la autonomía personal para dar valor al trabajo personal realizado cada día. Por ello, puedes premiarte por tu esfuerzo.