El Branding es fundamental para una empresa no sólo para crear la marca, sino también para gestionarla en los mercados y desde el punto de vista del marketing. Un proceso en el que hay que seguir una serie de pasos para conseguir que la marca sea llamativa y que resulte atractiva para los consumidores con el fin de atraerles y que puedan reconocerla fácilmente sobre las del resto de competidores. Pero, como en todo, debe seguirse un proceso.
Y es que aunque puede parecer sencillo crear la marca y que funcione bien en el mercado, realmente no lo es tanto, sobre todo, en una sociedad en la que prima la tecnología y hay una amplia red empresarial en la que conseguir diferenciar el negocio, el producto y la marca puede ser una ardua tarea.
En este contexto es fundamental tener en cuenta los pilares básicos sobre los que se asienta el branding porque conseguir diferenciar el negocio de la competencia supone tener más rentabilidad. Y dentro de estos pilares hay que tener presentes determinados factores o elementos como la creación del nombre, la identidad corporativa, el posicionamiento, la lealtad de marca y la arquitectura de una marca.
De esta manera, el primer paso es prestar atención al nombre de la empresa o marca, tratando de que sea fácil de recordar y que las personas se queden con él con tan sólo oírlo una vez. En este sentido, es recomendable huir de nombres complicados de recordar o de pronunciar porque son además más difíciles para su transcripción. Una buena opción es que el nombre pueda ser pronunciado en varios idiomas y que se pueda difundir fácilmente a través de plataformas off line y on line a las que tengan acceso los clientes.
Tras esta elección hay que diseñar el logotipo, que es fundamental para contribuir la identificación y el recuerdo de la marca o negocio. En este sentido, hay que tener presente que el logotipo debe plasmar el concepto de negocio y transmitir personalidad, aparte de valores como la calidad. No hay que olvidarse de que debe ser legible y sencillo para que pueda comprenderse fácilmente.
Y es que además está comprobado que los negocios o productos que se lanzan al mercado con un diseño sencillo, aparte de transmitir personalidad y transparencia, llegan más al público e invitan en mayor medida a que se acerquen a esa marca, contribuyendo a su fidelización como clientes.
Por supuesto, no hay que olvidarse de ir creando la marca, que debe transmitirse en cada servicio o producto que se comercialice para que las personas y clientes se habitúen a ella, la conozcan, recuerden y recomienden. Un factor este último –la recomendación– que es fundamental porque la mejor publicidad sigue siendo el boca a boca porque genera más confianza en el consumidor.