Buscar trabajo es un proyecto a largo plazo en el que existen obstáculos importantes que pueden desaminar a una persona. En primer lugar, existe un obstáculo muy habitual: comprobar que los requisitos que se exigen para una oferta de empleo son tantos, que resulta imposible pensar que haya alguien capaz de ofrecer todas esas competencias. En este contexto, los idiomas suelen ser el gran enemigo de algunos profesionales que a pesar de tener un currículum notable, no pueden trabajar en ciertos sectores al no dominar de verdad el inglés. En muchos casos, se tiene peor nivel hablado que escrito. Este obstáculo se puede superar con un plan de acción formativo adecuado.
En otros casos, la búsqueda de empleo también ofrece un obstáculo mayor: el de tener que viajar al extranjero por motivos profesionales ante la imposibilidad de encontrar una oportunidad que esté cerca del lugar de residencia. Cuando una persona toma esta decisión de una forma libre, entonces, el cambio es estupendo, pero cuando se siente obligada a hacerlo por las circunstancias externas, entonces, el viaje se inicia con tristeza.
Otro obstáculo habitual y muy real en la búsqueda de trabajo es competir en el proceso de selección con un candidato más cualificado y que encaja mejor en el perfil que busca la empresa. La competencia, ante el alto número de desempleados, cada vez es mayor.
Otros obstáculos en la búsqueda de empleo son internos: desmotivación, sensación de fracaso y pereza para llevar una rutina regular. A la hora de buscar trabajo, es indispensable tener la mente puesta más allá de esos obstáculos, entender que forman parte de las reglas de juego. Incluso una vez que ya has encontrado un trabajo, puedes encontrarte con otros obstáculos: tener un sueldo bajo, un mal horario o un mal ambiente en la oficina.