El desarrollo de la jornada laboral está estructurado en torno a un horario específico. Sin embargo, la programación de cada día de trabajo presenta formas diferentes en la práctica. En Empresariados enumeramos seis ejemplos frecuentes que muestran distintas maneras de organizar los minutos en el ámbito profesional.
1. Jornada laboral a turnos: principales características
Es una de las más complejas porque supone una constante adaptación al cambio. El calendario profesional no gira en torno a un mismo horario que se mantiene de forma ininterrumpida. Por el contrario, experimenta cambios significativos en su rutina cuando trabaja de mañana, de tarde y, en algunos casos, también de noche. En este tipo de circunstancia, es habitual que el empleado se sienta más cómodo con una alternativa concreta.
2. Jornada partida: está muy presente en tiendas y empresas
La jornada partida está integrada por dos grandes bloques de tiempo que se unen a través de un largo descanso. Es decir, el profesional inicia un nuevo día de trabajo, hace una pausa cuando llega el mediodía y retoma las tareas de su puesto de empleo después de comer. Es una programación habitual en tiendas, pero también está presente en numerosas empresas.
¿Qué inconvenientes plantea este tipo de jornada desde el punto de vista del trabajador? Su rutina gira, principalmente, en torno a sus compromisos profesionales. Es decir, su horario no se alinea fácilmente con la asistencia a eventos o la realización de cursos presenciales. Muchas de las dinámicas organizadas transcurren dentro del horario habitual en el que se enmarca la jornada partida.
3. Jornada completa de cuarenta horas semanales
El tipo de jornada laboral se especifica en el contrato. Pero es un aspecto que también influye en la búsqueda de empleo. Es decir, cuando consultas ofertas para enviar tu currículum a puestos que se ajustan a tu perfil o a tus preferencias, también puedes priorizar un horario concreto en el proceso de búsqueda. Pues bien, la jornada completa es aquella que se desarrolla a lo largo de cuarenta horas semanales que se sintetizan, a su vez, en periodos de ocho horas.
4. Qué ventajas ofrece la jornada laboral con horario flexible
La inversión en medidas que impulsan la conciliación influye positivamente en el desarrollo profesional y el bienestar de los empleados. La flexibilidad en el horario de trabajo es ideal para adaptar el inicio o el fin de la jornada en función de las circunstancias personales. Es decir, aporta el contexto ideal para tomar decisiones que permiten atender los objetivos vinculados al puesto de empleo y otras responsabilidades que se integran más allá de la oficina.
5. Qué es la jornada intensiva
La jornada intensiva se caracteriza por la continuidad. Con frecuencia, se desarrolla durante el calendario de verano en la empresa con el objetivo de potenciar la conciliación y el disfrute del tiempo libre en la etapa estival. De este modo, los empleados cumplen con sus objetivos durante la mañana y disponen del espacio deseado para planificar planes cuando llega la tarde.
6. Características de la jornada laboral a tiempo parcial
Frente a un horario que suma cuarenta horas de trabajo semanales que, por otra parte, se dividen en días que integran periodos de ocho, hay otras propuestas diferentes. La jornada a tiempo parcial es un ejemplo de ello, puesto que tiene un número de horas inferior. Ofrece una ventaja a aquellos que quieren conciliar una ocupación profesional con otro proyecto personal, por ejemplo, un periodo de estudio.
Por tanto, cada tipo de jornada laboral sintetiza el número de horas que el profesional desarrolla en su puesto de empleo. Pero, además, especifica la distribución del horario y el tiempo de descanso.