Problemas de gestión empresarial de los autónomos


Los autónomos son un colectivo que, por sus particularidades, presentan una serie de dificultades cuando quieren iniciar su actividad o bien durante el ejercicio de la misma en el día a día. Y, además de los problemas personales, también tienen que hacer frente a una serie de complicaciones relacionadas con la gestión empresarial.

Son unas cuestiones a las que conviene prestar atención puesto que hay que ser consciente de ellas, ya que algunas son decisivas para decidir si realmente se puede iniciar la actividad o no como autónomo.

Problemas

Hoy en día uno de los principales problemas de gestión empresarial está relacionado con el sector inmobiliario, si bien con la crisis y la caída de los precios de alquileres y ventas de locales u oficinas se puede ver minimizado. No obstante, para un autónomo sigue siendo difícil poder encontrar el emplazamiento adecuado en el centro de la ciudad para el desarrollo de su actividad, en grandes centros comerciales o principales calles comerciales porque los precios, aunque hayan bajado, no siguen estando al alcance de todos los bolsillos. Un dato importante porque la localización influye directamente en el éxito del negocio.

Las nuevas tecnologías pueden ser otro handicap puesto que, a menudo se carecen de recursos para poder implantarlas adecuadamente. Una opción es hacer uso de herramientas gratuitas, aunque no siempre cubren todas las áreas de gestión. Además, se precisa en muchas ocasiones tener conocimientos y formarse en esta materia, lo que es otra dificultad añadida porque el autónomo dispone de poco tiempo para dedicarlo a la formación, puesto que él mismo tiene que encargarse de todo. También hay que tener en cuenta que los programas de formación bonificados para autónomos son todavía escasos. Unos problemas que, aparte, tiene otras consecuencias como el hecho de que tenga más dificultades para innovar y que su capacidad de gestión esté más limitada.


La actividad igualmente se puede ver dificultada por ordenanzas y normativas locales que inciden más o menos según la actividad. Entre las posibles afecciones están las delimitaciones de zonas de carga y descarga, horarios de apertura, licencias de obra, licencias de apertura, normativas relacionadas con el nivel de ruido…

Finalmente, cabe mencionar otros problemas como el de la calidad porque es más complicado establecer una certificación, en parte, también por la falta de formación específica y la menor capacidad de inversión, así como los temas de recursos humanos, ya que hay más dificultades para contratar y ofrecer salarios que permitan atraer a personas con talento y mantenerlas empleadas sin que se vayan a otro empleo.

Unos problemas todos ellos que, en muchas ocasiones, redundan en una menor competitividad que se refleja en una menor cuenta de resultados en relación con las pymes o empresas de mayor tamaño.

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