Todo el mundo quiere tener trabajo. Sin embargo, algunos empleos son rechazados hasta por personas en paro. Es complicado convencer a alguien para que acepte un trabajo desagradable o estresante, pero todavía más difícil es conseguir que esa misma persona se mantenga en ese puesto durante mucho tiempo. No obstante, conviene decir que los puestos que nadie desea también pueden exigir una alta cualificación o incluso están bien pagados, precisamente porque no hay demanda por ellos.
Es importante estar bien en nuestro trabajo, de modo que en ningún caso se convierta es un castigo. A pesar eso, algunos empleos son una auténtica condena en vida. Pero alguien tiene que hacerlos. El tema está en cómo se motiva a alguien que cada día se levanta para desarrollar una actividad que no le proporciona ningún estímulo profesional, resulta desagradable, excesivamente dura o monótona.