Buscar trabajo es un objetivo positivo en la vida. Y es que, el trabajo está directamente vinculado con la felicidad y con el bienestar. Por esta razón, dentro del mundo de la empresa, y en el trabajo, las emociones son un factor determinante a la hora de optar por el mejor empleo que se adapte a ti, a tu modo de ser, a tus aspiraciones, inquietudes y valores. Para ello, debes conocerte muy bien a ti mismo y también, escuchar dichas emociones para poder actuar en consecuencia.
Por ejemplo, ante un empleo que te gusta sientes ilusión, alegría, felicidad, motivación, esperanza… Todas estas emociones se sienten desde la propia entrevista de trabajo. En cambio, cuando te encuentras con algo que no te gusta sientes miedo, apatía, un peso enorme sobre la espalda, aburrimiento… Y un gran conflicto interior en tanto que puede generarse un debate a la hora de aceptar o rechazar dicho trabajo en base a los puntos positivos y a los negativos.
Las emociones son una fuente de conocimiento personal dentro del plano laboral. Por ello, también puede suceder que aunque el trabajo en sí mismo, te haga feliz, en cambio, el ambiente de la oficina o tus compañeros de trabajo no te aporten tanto como te gustaría. En otras ocasiones, también puede suceder que seas tú mismo quien se encuentra estancado. Por ejemplo, ante un problema personal grave es muy difícil centrar la atención en las labores de la oficina.
Escuchar las emociones te ayuda a saber si de verdad te encuentras en el lugar en el que quieres estar desde un punto de vista laboral, o por el contrario, sientes la necesidad de un cambio. Algunas personas experimentan estrés o ansiedad pero no se paran a pensar en las razones por las que se sienten así.