Dentro de las formas jurídicas que tienen los emprendedores a su disposición para poder crear su empresa se halla la sociedad civil. Es seguramente una de las más empleadas porque es, quizá, una de las más fáciles de constituir. Sin embargo, también tiene unas características básicas y conlleva obligaciones que conviene conocer de antemano.
Unas peculiaridades que, sobre todo, responden al número de socios y a la aportación del capital que se precisa para su puesta en marcha, así como a la responsabilidad de cada uno de los socios.
¿Qué es una sociedad civil?
Esta forma jurídica puede definirse como aquella que contempla un contrato por el que dos o más personas ponen un capital en común con la finalidad de poder repartir entre sí las ganancias.
Características
Una de las claves de esta forma jurídica es que puede haber dos tipos de socios: socios y socios industriales. Los socios son los que aportan bienes o dinero, por lo que también se les llama socios capitalistas, mientras que los socios industriales son los que aportan industria o trabajo. El número mínimo de socios es de dos.
En relación al capital, cabe decir, que se forma por las aportaciones de los socios, ya sean en dinero o en bienes e industria. Un dato a tener en cuenta es que no se exige un mínimo de capital legal para la constitución de este tipo de sociedad.
Otros elementos a tener en cuenta es que la sociedad puede tener o no personalidad jurídica propia en función de que sus pactos sean públicos o secretos. De esta manera, cuando los pactos sean secretos, se regirán por las disposiciones de la Comunidad de Bienes.
Responsabilidades
Y una de las características que debe conocerse bien es la relativa a la responsabilidad de los socios. En este caso es ilimitada. No obstante, cabe señalar que el socio industrial puede ser eximido de toda responsabilidad en las pérdidas.
Fiscalidad
La fiscalidad de la sociedad civil es por rendimientos de actividades económicas.
es obligatorio que los dos socios esten en el regimen por cuenta propia